Curso Online de Psicología Positiva «Awake your Wellness Project».

 

Nos llena de alegría anunciar que daremos un Curso Online de Psicología Positiva durante 3 días y GRATUITO. 

Sed bienvenidos a ver y participar en el curso en directo durante los siguientes días de 21:30 a 22:30:

19 de Marzo de 2015,

26 de Marzo de 2015,

9 de Abril de 2015.

Los enlaces para el visionado son, o bien a través de google+:

https://plus.google.com/events/c905avbc669db29d9i3ccpqqe7k

O bien en directo en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=BLllctQm9H8

 

Hemos creado un evento en Facebook para que participéis planteando preguntas antes de la fecha del evento, de modo que podamos resolverlas durante el curso. El enlace al evento en facebook es: https://www.facebook.com/events/430113700480572/

Por otro lado en google+ podéis pinchar en «PREGUNTAS» en el vídeo del evento para hacer cualquier pregunta: https://plus.google.com/events/c905avbc669db29d9i3ccpqqe7k

Portada Clase 1 Awake (Prueba 1) Portada Clase 2 Awake (Prueba 2) Portada Clase 3 Awake (Prueba 4)

¡Estáis todos invitados!

IMPARTIMOS TALLERES. LUNES 23 FEBRERO 18.30-19.45

cartel

Tenemos el placer de anunciaros nuevas fechas para los talleres de PSICOLOGÍA POSITIVA.

EL TALLER DARÁ COMIENZO EL LUNES DÍA 23 DE FEBRERO DE 18:30 A 19:45.

TENDRÁ UNA DURACIÓN DE 12 DÍAS (CADA LUNES A PARTIR DEL 23 DE FEBRERO)

HAY EN TOTAL 15 PLAZAS.

TAN SÓLO 5 EUROS POR DÍA.

LUGAR: Gabinete de Acción Psicosocial. C/Salitre 38, 28012 Madrid.

Para confirmar plaza o para consultar cualquier tipo de duda escribid a esta dirección: awakeyourwellness@gmail.com ; o llamando al centro (910063810) de L a V de 10:00 a 22:00.

Los módulos que se verán en las diferentes sesiones serán:

modulos

Compartid la noticia a cualquier persona interesada, tenemos mucha ilusión por comenzar y poder llevar la Psicología Positiva a las personas.

¿Cómo cumplir los propósitos de año nuevo?

El comienzo de un año es una buena excusa para cerrar una etapa y empezar otra con energía renovada y nuevas metas. Es normal que las personas se planteen que objetivos quieren conseguir a partir de ese año. Pero no todas las personas logran esos objetivos que con tanta ilusión se propusieron ¿Qué diferencia a las personas que sí llegan a cumplir sus objetivos?

Cuando hablamos de conseguir objetivos en psicología positiva, la persistencia es una de las fortalezas clave y diferenciadoras que permite a las personas disponer de la potencia mental necesaria para seguir trabajando en pos de las metas a pesar de los obstáculos y retrocesos. Potenciarla nos da la facultad de persistir en el intento de alcanzar nuestros objetivos a pesar de encontrarnos con dificultades en el camino.

El término ingles grit, engloba la persistencia y la pasión por conseguir metas a largo plazo. En el estudio de Duckworth de la Universidad de Pennsylvania, Peterson de la Universidad de Michigan, Matthews y Kelly de la Academia Militar de West Point, se investigó qué características individuales, más allá del talento intelectual, pueden predecir el éxito. Los hallazgos en dicho estudio sugieren que conseguir metas difíciles no solo conlleva poseer talento sino también la puesta en marcha de cualidades como la tenacidad, la dedicación y la diligencia de manera sostenida en el tiempo que nos lleve conseguir esa meta.

Una persona puede tener mucho talento para conseguir la meta que se propone y otra no tener tanto, pero si la segunda posee un nivel más elevado de grit que la primera, acabará obteniendo mejores resultados.

 

¿Cómo podemos promover ser más persistentes para conseguir nuestras metas?

Von Culin de la Universidad de Yale junto con Tsukayama y Duckworth de la Universidad de Pennsylvania, estudiaron si los distintos enfoques en la búsqueda* de la felicidad en la vida podían explicar las diferencias individuales en grit. Según este estudio el enfoque orientado al compromiso en la búsqueda de la felicidad, está más relacionado con un alto nivel de grit. Mientras que el enfoque orientado hacia el placer se relaciona con niveles más bajos de grit.

Proponernos objetivos con los cuales estemos realmente comprometidos, nos alentará a ser más persistentes influyendo en nuestra manera de actuar, esforzándonos y perseverando a pesar de los obstáculos. En cambio si a la hora de actuar lo hacemos en función a objetivos orientados exclusivamente a obtener placer, no obtendremos un interés consistente y sostenido en el tiempo hasta llegar a la meta.

¿Ya te has propuesto tus propósitos del 2015? Si todavía no lo has hecho, estas a tiempo, el mes de enero es largo.

“En búsca de la felicidad” la famosa película basada en la historia verídica de Chris Gardner, enseña cómo el protagonista persiste y afronta las adversidades para poder obtener un sueño con el cual estaba realmente comprometido. Protagonizada por Will Smith y su hijo Jaden Smith, para los que ya la han visto aquí os dejo un vídeo para poder inspiraros, y para los que no, os la recomiendo.

*La realización de actividades que producen un placer inmediato, el significado en la realización de actividades que sirven a un propósito altruista superior, y el compromiso en actividades que absorben toda la atención de la persona.

Extraído del blog del IEPP (Pincha en el enlace).

«El amor nos mueve a querer cambiar las injusticias y ayudar a los demás». Entrevista a Óscar Sánchez


ABSTRACT

Estudios recientes aseguran que estamos genéticamente programados para pensar antes en los demás que en nosotros mismos. Y es que el altruismo y la ayuda a otros están relacionados con la mejora del éxito académico y con una mayor inteligencia emocional. Al educar a los más pequeños en esas conductas les protegemos ante comportamientos agresivos.


Os dejamos hoy, un extracto de la entrevista a Óscar Sánchez, profesor de sociología y psicología de la UMU y responsable del Grupo de Psicología Positiva del Colegio Oficial de Psicólogos de Murcia.

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ENTREVISTA


¿Qué beneficios, desde el punto de vista psicológico y de la salud, aporta ayudar a los demás, bien sea como voluntario, donando alimentos, ropa,  acompañando a mayores…?

La Psicología Positiva señala que una vida con una mirada transcendente, que llevaría a comportamientos prosociales, es una de las claves más relacionadas con el bienestar ya que nos da sentido a la vida, sentimos que somos parte de algo mayor que nosotros mismos a lo que podemos contribuir, cuidar y crear (Seligman, 2011).

Diversas investigaciones han señalado los beneficios del comportamiento prosocial: mejora del estado de ánimo (Piliavin, 2003), sentimientos de fortaleza, mayor energía y motivación hacia la vida (Stoddard, 2009), mayor confianza en nuestras habilidades para generar cambios (Johnson, Beebe, Mortimer y Snyder, 1998), relaciones más profundas con los demás, objetivos vitales de mayor alcance, estilo de vida más dinámico, reducción de las preocupaciones excesivas por nosotros mismos (Pang, 2009), amortigüa la pérdida de memoria asociada a la edad (Ertel, Glymour y Berkman, 2008) , previene el estrés y las emociones negativas e  incluso diversos estudios han puesto de manifiesto un aumento de la longevidad (Putnam, 2000).

Por otra parte, ser testigo de un acto altruista puede producir en nosotros elevación (Haidt, 2003), una fuerte emoción positiva que tiende a promover en nosotros el deseo de ser mejores y, a veces, un impulso a ofrecer nuestra colaboración y ayuda.


¿Estamos todos los seres humanos programados para ayudar a los demás? ¿Tenemos en nuestro ADN un gen de solidaridad?

[..] Mientras que un grupo de estudiosos han señalado que genéticamente estamos programados para el egoísmo (p.e. Dawkins, 1976) y a centrarnos en nuestro propio beneficio, más recientemente otros estudiosos (p.e. Wilson y Wilson, 2007) señalan que estaríamos programados para pensar antes en los demás, en el grupo, que en el propio individuo y que esa tendencia a la vida en sociedad es la forma de adaptación más exitosa y de la que vendrían los comportamientos altruistas. […].

Seligman (2011) señala que un grupo de primates social con las estructuras cerebrales relacionadas con las emociones que están al servicio del amor, compasión, la bondad, el trabajo en grupo y la abnegación – las emociones tipo colmena – , y las estructuras cerebrales cognitivas, como las neuronas espejo, que reflejan otras mentes, tenderán hacia comportamientos de cooperación (cazar en grupo, crear la agricultura …) que será mucho más adaptativo que otro grupo no social que no posea estas características. […].


Está claro que en unas personas está más desarrollada la faceta del altruismo que en otras. ¿Se puede aprender y enseñar el altruismo?

Determinados rasgos pueden hacer más probables un comportamiento como el altruista. Las características que conforman la personalidad altruista son: alta empatía, la creencia en un mundo más justo, la responsabilidad social, locus de control interno y un bajo nivel de egocentrismo (Oliner y Oliner, 1988).

[…] La conducta prosocial se considera un factor predictor positivo y significativo del éxito académico (Inglés, Benavides, Redondo, García-Fernández, Ruiz-Esteban, Estévez y Huescar, 2009) y de mayor inteligencia emocional y social (Roche, 1999). Además, otros estudios señalan que los niños que presentan una disposición prosocial o han sido educados en ella, la mantendrán durante la etapa adulta, y ello a su vez es un factor protector ante la conducta agresiva (Eisenberg, 2000; Penner, Dovidio, Piliavin, Schroeder, 2005).

Por otra parte una educación centrada en la promoción del bienestar, tal y como defiende la Psicología Positiva, ayudaría a  que se produjeran con mayor probabilidad comportamientos  altruistas. Los psicólogos sociales lo han llamado fenómeno sentirse bien, hacer el bien (feel-good, do-good) (Salovey et al., 1991) que consistiría en la tendencia a ayudar más a los otros cuando la persona presenta un mayor bienestar.  Argyle (1987) señala que “estados de ánimo positivos provocan pensamientos positivos, un mayor recuerdo de acontecimientos felices, más creatividad y mayor solución de problemas, más conducta servicial y una evaluación más positiva de los demás”  mientras que la tristeza y la depresión nos impulsan al retraimiento y tendemos, como el caracol, a encerrarnos en nuestra concha (Seligman, 2002; Mazón, Páez y Rodríguez, 2009).

Recientes investigaciones señalan también que las redes sociales tienen un efecto cascada que puede fomentar las conductas cooperativas (Fowlera y Christakisb, 2010).


¿Nos ha ayudado en ese aprendizaje la crisis?

Creo que la crisis que aún estamos viviendo es una crisis sistémica que va a reflejar muchos cambios en diversos niveles (personal, social, político, económico, ecológico…). Nos ha producido y sigue produciendo mucho sufrimiento lo que, en muchos casos, viene acompañado de reflexiones, cada vez más profundas, que se refleja en un cambio de valores en la sociedad, del tipo de vida que estamos llevando y donde nos puede llevar  seguir así como ya han reflejado muchos estudiosos (Jara, 2013). […]

Necesitamos educar a líderes en el campo político, educativo y empresarial, entre otros, que sean, ya no carismáticos, sino sabios siguiendo al modelo propuesto por Stenberg (2000) donde las decisiones estén marcadas por el bienestar global, tal como algunos economistas han señalado (Felber, 2012).


¿Es además una terapia contra los problemas propios? ¿Es recomendable clínicamente, como terapia, para quien atraviesa una situación personal complicada?

[…] La Psicología Positiva estudia los efectos positivos de acciones valiosas para la comunidad y así como las consecuencias de técnicas para tener y cuidar relaciones positivas en nuestra vida, practicar la amabilidad, la gratitud así como poner nuestras fortalezas al servicio de algo mayor que nosotros mismos. Puede ser defender unos valores universales, una visión ecológica de la vida o espiritual, tener en cuenta a la comunidad, al planeta, etc. (Seligman, 2011).


¿Qué parte de egoísmo hay en la ayuda a los demás? ¿Somos solidarios para sentirnos nosotros mejor?

Existe una grandísima controversia en torno a esta cuestión, el equipo Awake, quiere dedicar esta pregunta a todos aquellos con quienes hemos debatido acerca de la existencia o no de comportamientos puramente altruistas o si, por el contrario, existe un interés propio subyacente a ese acto en apariencia desinteresado. 

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Gómez y Martín (2008) con la finalidad de esclarecer esta controversia distinguen el altruismo genuino, cuyo factor responsable sería la empatía, del altruismo egoísta, cuyo objetivo es conseguir un beneficio propio, como reducir el estado de malestar o de angustia que experimentamos ante el sufrimiento ajeno o ser bien vistos por nuestros iguales.

Las motivaciones que los investigadores han dado para explicar la conducta prosocial son muy variados. Según la teoría del Homo economicus, los seres sociales son esencialmente egoístas. Se considera que la vida social está gobernada por los mismos principios que rigen el mercado, es decir, por el criterio de utilidad. Según la paradoja del banquero (Tooby y Cosmides, 1996) las personas que más tienen consiguen más ayuda (por ejemplo préstamos) que los que tienen menos, que terminarían estrellándose.  Sin embargo, como señala Seligman (2011), en algún momento de nuestra vida todos caemos (enfermamos, perdemos nuestro buen aspecto, dinero, poder…) y dejamos de ser una buena inversión para los demás. Sin embargo hay personas que nos apoyan de forma incondicional. El amor es la respuesta de la selección natural a la paradoja del banquero. Es lo que nos mueve a querer cambiar las injusticias actuales y ayudar a los demás.

En este sentido las investigaciones del grupo de Bonmatí (2010) han descubierto que los predecesores de los neandertales cuidaban en Atapuerca a los mayores discapacitados lo que sería una prueba de nuestra tendencia a ocuparnos y ayudar a los demás, muy alejado de criterios utilitaristas.


Siempre pensamos en lo material cuando se habla de ayudar a los demás, pero ¿qué es lo que más necesita alguien con carencias materiales, aparte de lo obvio, como pueda ser comida, ropa o techo… ?

El psicoanalista británico de tendencia etológica, John Bowlby (Weinfield et al., 1999) demostró que los niños no solo tenían necesidad de alimento y cobijo, sino del necesario calor humano, afectivo reflejado en abrazos, caricias, besos, escuchar a sus cuidadores etc. Esto es extensible a todas las edades. Necesitamos ser escuchados, atendidos, aceptados, valorados, queridos… El apoyo emocional es fundamental para la buena marcha de nuestra vida. Múltiples investigaciones señalan que contar con relaciones positivas en nuestra vida es un factor fundamental para nuestro bienestar (Rath y Harter, 2011). Es de destacar la función de la familia, y del sentimiento de amor de muchos voluntarios de diversas ONGs que ayudan y dan este fundamental soporte.

(Para ver la entrevista íntegra pincha aquí).